Los hechos de
barbarie suscitados el fin de semana pasado donde se asesinaron vilmente a 14
personas en Mejicanos, nos hacen reflexionar el tremendo desafío que tiene la
ciudadanía con respecto a la disminución de los índices de violencia que se ven
imparables, pero que cada vez está más claro que quienes están detrás de estos
hechos son criminales intelectuales que pretenden desacreditar a la Policía
Nacional Civil y al Gabinete de Seguridad del Gobierno Central con el fin de
infundir zozobra y terror en la población para poder dominar sus mentes y
corazones.
Para nadie es
extraño que quienes están alimentando la violencia que raya en el límite del
terrorismo son aquellos distribuidores de armas unos legalmente y otros que
actúan al margen de la legalidad que de alguna manera recibieron el aval en los
20 años que estuvo en el ejecutivo el partido Arena y por supuesto la legalidad
por parte del bloque de derecha de la Asamblea Legislativa.
Los diputados
de todas las fracciones de la Asamblea Legislativa deberían de profundizar e
impulsar una ley de desarme de la sociedad para darle facilidad al órgano
auxiliar policial y se detecte con certeza quiénes están detrás de los grandes
consorcios que venden las armas para que los grupos de sicarios las roben y
luego las ocupen para delinquir.
Los medios de
comunicación tienen gran parte de culpa en este problema de la delincuencia,
porque cumplen una función de entretener y orientar a la población, por ello se
necesita una regulación de los contenidos que transmiten a través de los
programas de la televisión pues no cultivan valores positivos en la familia
salvadoreña, sino antivalores como la violencia, solo hay que medio asomarse a
ver algunos de los programas que se transmiten a diario y no hay control de
ello.
Lo más
paradójico de este problema es que apenas se lanza un grito de “regulación” y
ya vienen los padrinos del poder informativo como la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP), la Asociación de Radio Difusores (ASDER) y la Asociación de
Periodistas de El Salvador (APES) a defender la actuación de los medios de
comunicación.
En esta
orquesta de medios de comunicación y de la clase política de nuestro país en
lugar de estar remarcando la violencia, deberían de ponerse al servicio de la
prevención de la misma e iniciar la construcción de una cultura de paz en El
Salvador.
Los
salvadoreños estamos hartos de que nos vean la cara y que siempre, como dice el
dicho “al perro más flaco se le pegan las pulgas” haciendo ver al que está
trabajando por la cultura de paz como una persona mala y legitimando a las
personas malas que no quieren los cambios en este país.
Por qué no se
cuestiona algunos diputados por la utilización de sus empresas para introducir
teléfonos celulares a las cárceles para que sigan extorsionando y mandando a
asesinar a la gente humilde; o también a los diputados que con prestanombres
tiene sus empresas de venta de armas y de seguridad, son ellos los que manejan
las armas y los principales sospechosos de enseñarles a nuestro hijos a usar
una pistola para matar a otro.
Condenamos
estos hechos bestiales, que solo mentes vacías de amor y llenas de odio por el
ser humano pueden llevar a cabo, son personas que están lejos de Dios y están
al servicio de criminales intelectuales que asueldo y por droga quieren llevar
a este lindo país a convertirlo en un infierno.
Que el pueblo
salvadoreño juzgue el trabajo de los medios de comunicación, de los diputados,
de la clase política de este país y principalmente de los criminales
intelectuales que nos quieren infundir terror.
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