miércoles, 16 de diciembre de 2009

La caída del narcopartido ARENA





El ascenso y la caída del narcopartido ARENA


“Entre los instrumentos más atroces de la violencia que conmovió al país durante los últimos años, estuvo la acción de los grupos armados particulares que actuaron con tda impunidad. Es necesario adoptar todas las medidas precisas para asegurar el desmantelamiento de los mismos. A la luz de la historia del país, en este campo la prevención es imperativa. El riesgo que tales grupos renueven su acción siempre existe” (Comisión de la Verdad: recomendación sobre los Escuadrones de la Muerte).


Como resultado de la pasada derrota y humillación electoral que sufrió la feudalista membresía del partido ARENA y el traspaso del poder formal al gobierno del FMLN presidido por el entonces candidato Mauricio Funes, se  generó una profunda desconfianza y conspiraciones internas que luchan por el control hegemónico del instrumento político que “unificó” en el pasado a los intereses económicos de las diferentes agrupaciones que caracterizan a la criminal burguesía salvadoreña.

Los desesperados ajustes de cuentas comenzaron con el asesinato del dirigente arenero Adolfo “el chele” Torres y que derivó en acusaciones internas que llegaron a la conformación de un grupo disidente dentro de la Asamblea Legislativa. Como consecuencia del anuncio de los disidentes de conformar un nuevo partido político (GANA), se aumentaron más las tensiones dentro de ARENA y obligó a los del COENA al contraataque con maniobras políticas y con la implementación de una desesperada y tendenciosa propaganda de “denuncia” en contra de lo que ellos identificaron como la “quinta columna” dentro de su partido: Antonio Saca es denunciado el 4 de diciembre de 2009 por los agentes del terrorismo mediático (Diario de Hoy-TCS) de malversar durante su gestión presidencial fondos del Estado que sobrepasan los $ 200 millones.

Antonio Saca se defendió de las acusaciones de Alfredo Cristiani y para ello contó con la complicidad de las “sanguijuelas” del PCN. El corrupto presidente de la prostituida Corte de Cuentas de la República (CCR), Hernán Contreras, afirmó que a Antonio Saca no se le podía juzgar dos veces por lo mismo y que la Corte de Cuentas con la auditoria ya lo había juzgado y por eso le extendió un “finiquito” de “probidad”. Esto no debe de extrañar a nadie, Hernán Contreras es el “lobo” que la corrupción y el crimen organizado nos ha impuesto para cuidar las “ovejas” que se alimentan del forraje que les proporciona la hacienda pública.

Bien lo dice el dicho popular que cuando las “comadres” se enojan se gritan las verdades − inmediatamente − los 12 diputados de GANA respondieron y develaron sus “omisiones involuntarias” sobre los espantosos y públicamente conocidos actos de corrupción que ocurrieron durante las administraciones de Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol y Francisco Flores. Ante esta situación de contradicción y lucha hegemónica por el control de dicho partido fascista, Alfredo Cristiani y sus monigotes del COENA, tomaron la firme decisión de aprovechar el viaje a Costa Rica de Antonio Saca para declararlo como un “hijo espurio” de la derecha salvadoreña y expulsarlo de la membresía del narcopartido ARENA.

Y, como era de esperarse, Alfredo Cristiani que eufemísticamente es apodado como “El Presidente de la Paz”, esquizofrénicamente vocifera: “Nacimos durante la guerra y siempre estaremos listos para la guerra”. Lógicamente, ante esta amenaza pública  anunciada por Cristiani, el diputado derechista Guillermo Gallegos expresó sus temores y afirmó que dentro de ARENA existen grupos de “sicarios” (Escuadrones de la Muerte) que ya están planificando la eliminación política y asesinato de los principales dirigentes de la disidencia arenera. Estas acusaciones expresadas públicamente por el diputado Gallegos son muy graves y vienen a comprobar los temores de la Comisión de la Verdad sobre la posible reactivación de los Escuadrones de la Muerte.

Los temores a las amenazas de Cristiani por parte de la disidencia arenera encuentran un fundamento lógico en algunos ejemplos del pasado reciente. Cuando el conocido propagandista de la derecha Kirio Waldo Salgado se atrevió a llevar más de 100 casos de corrupción de la administración de Alfredo Cristiani a la Fiscalía durante la presidencia de Armando Calderón Sol, por órdenes de Mauricio Sandoval que fungía como director del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE), su casa fue ametrallada por los Escuadrones de la Muerte para tratar de intimidarlo y que desistiera de continuar con las denuncias que ponían en “jaque” la “honorabilidad” del oligarca y capo Alfredo Cristiani.

También, Rendón, otro dirigente arenero, acusó públicamente a Cristiani y Calderón Sol de ser los artífices intelectuales directos del controversial asesinato de Adolfo “el chele” Torres.

Evidentemente, la crisis por el control y hegemonía de los grupos económicos que definen el “perfil” de ARENA, puede generar a corto plazo situaciones impredecibles que llevarían a las agrupaciones derechistas a una confrontación de anarquía, peligrosidad y de un escalonamiento en los ajustes de cuentas. Para nadie es un secreto de cómo es la manera que se “resuelven” los problemas dentro de los carteles; y para los salvadoreños no deberá existir duda alguna que dentro de dicho partido existen sicarios, escuadroneros, narcotraficantes y lavadores.

Ante esta realidad y escenario de crisis que ocurre dentro de las oscuras fuerzas de la derecha salvadoreña, al gobierno de Mauricio Funes y del FMLN no le quedan más opciones que posicionarse y controlar firmemente el aparato de Estado y aplicar con definición las herramientas que le faculta el ejercicio del poder formal.

El nuevo gobierno deberá ser congruente con la realidad nacional, no deberá permitir que los intereses personales de grupos hegemónicos tiendan a prevalecer, ni tampoco permitir que las disputas ambiciosas por ocupar cargos de buenos salarios dentro del gobierno se vuelvan una constante para privilegiados. Sin embargo, el ejecutivo tiene que demostrar fortaleza para renovar meritoriamente la plana burocrática en los puestos de confianza política, sin “imitar” los resabios burocráticos y prácticas corruptas heredadas por la partidocracia del pasado arenero. De igual manera, los partidos progresistas y los de la izquierda prevaleciente, deberán de estudiar a profundidad la actual crisis arenera, aprender de sus errores y nunca confundir los intereses de la nación con los intereses personales o de los grupos hegemónicos.

El próximo año es el espacio para las definiciones relacionadas con el rumbo real del Gobierno del Cambio y, al menos, las tendencias de las soluciones tienen que aflorar y desdibujarse asociadamente al “horizonte del cambio prometido”. Evidentemente, el problema de la violencia y crimen organizado es la variable que más relevancia ha tenido desde la toma de posesión del nuevo gobierno. Las estadísticas de las muertes diarias han sido utilizadas por los promotores de la “industria de la inseguridad” para desestabilizar al nuevo gobierno.

El gobierno ha sido obligado a implementar planes de “emergencia” para tratar de satisfacer la “demanda insatisfecha” de la población en cuanto a la seguridad pública. La salida a las calles de la FAES es un factor mediático que no resolverá de manera sui generis el problema de la inseguridad; sin embargo, es una oportunidad para aprovechar el aspecto cuantitativo de la presencia en las calles de la FAES para acelerar la depuración interna de la PNC y debilitar las estructuras que fortalecen la impunidad y al crimen organizado.

Una problemática que necesita ser evaluada son los programas de seguridad para asegurar o enfrentar el fenómeno de las “maras”, ya que estos programas han demostrado ser parcialmente inoperantes ya que dentro de sus estrategias de combate sólo contemplan los aspectos represivos, pero, de ninguna manera incluyen las estrategias psicológicas tendientes a lograr un “debilitamiento” de la “ideología” que alimenta la convicción “gregaria” de los grupos y comunidades de las “maras”.

La base social de las pandillas son sus propios núcleos familiares y deberán definirse metodologías para debilitar tales “lazos” de complicidad familiar.

¿Cuál es el papel político de la izquierda revolucionaria?

Básicamente, la izquierda revolucionaria sin perder su visión de largo plazo, necesariamente deberá de “insertarse” tácticamente dentro del movimiento social y estratégicamente construir poder por medio de la organización cualitativa y cuantitativa de las masas, sustentada en la ideología del proletariado y dentro de un esfuerzo sistematizado para tratar de consolidar a mediano plazo la vanguardia de clase que se requiere para la conducción de las masas en las luchas definitivas. Ideológicamente, se deberá estar claro del rumbo del país que se quiere construir y de la correcta aplicación de las tesis dialécticas de las alianzas. Es más viable ser escuchado desde “adentro” que intentar vanamente de incidir críticamente desde “afuera”.

Cualquier tipo de alianza que se implemente con las fuerzas progresistas y sistémicas, son eminentemente de carácter político y no se les podrá considerar como alianzas ideológicas, son únicamente de carácter táctico que nos servirán para impulsar las acciones estratégicas que nos aproximen al horizonte generacionalmente deseado.


 



¡SIN PERDON Y SIN OLVIDO DE NUESTROS MARTIRES REVOLUCIONARIOS!
¡VIVA EL HEROICO PUEBLO SALVADOREÑO!

¡POR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA UNIDA EN LOS PRINCIPIOS Y EN LAS ACCIONES!

¡VIVA EL MOVIMIENTO DE VETERANOS DEL END!
END
(FPL-“Farabundo Martí”; FPL-GPP/ FCER; ERP; FARN; PRTC y FAL)
El Salvador, 16 de diciembre de 2009


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