El ascenso y la caída del narcopartido
ARENA
“Entre
los instrumentos más atroces de la violencia que conmovió al país durante los
últimos años, estuvo la acción de los grupos armados particulares que actuaron
con tda impunidad. Es necesario adoptar todas las medidas precisas para
asegurar el desmantelamiento de los mismos. A la luz de la historia del país,
en este campo la prevención es imperativa. El riesgo que tales grupos renueven su acción siempre existe”
(Comisión de la Verdad :
recomendación sobre los Escuadrones de la Muerte ).
Como resultado de la pasada
derrota y humillación electoral que sufrió la feudalista membresía del partido
ARENA y el traspaso del poder formal al gobierno del FMLN presidido por el
entonces candidato Mauricio Funes, se generó
una profunda desconfianza y conspiraciones internas que luchan por el control
hegemónico del instrumento político que “unificó” en el pasado a los intereses
económicos de las diferentes agrupaciones que caracterizan a la criminal
burguesía salvadoreña.
Los desesperados ajustes de
cuentas comenzaron con el asesinato del dirigente arenero Adolfo “el chele”
Torres y que derivó en acusaciones internas que llegaron a la conformación de
un grupo disidente dentro de la Asamblea Legislativa.
Como consecuencia del anuncio de los disidentes de conformar un nuevo partido
político (GANA), se aumentaron más las tensiones dentro de ARENA y obligó a los
del COENA al contraataque con maniobras políticas y con la implementación de
una desesperada y tendenciosa propaganda de “denuncia” en contra de lo que
ellos identificaron como la “quinta columna” dentro de su partido: Antonio Saca
es denunciado el 4 de diciembre de 2009 por los agentes del terrorismo
mediático (Diario de Hoy-TCS) de malversar durante su gestión presidencial
fondos del Estado que sobrepasan los $ 200 millones.
Antonio Saca se defendió de las
acusaciones de Alfredo Cristiani y para ello contó con la complicidad de las
“sanguijuelas” del PCN. El corrupto presidente de la prostituida Corte de
Cuentas de la República
(CCR), Hernán Contreras, afirmó que a Antonio Saca no se le podía juzgar dos
veces por lo mismo y que la
Corte de Cuentas con la auditoria ya lo había juzgado y por
eso le extendió un “finiquito” de “probidad”. Esto no debe de extrañar a
nadie, Hernán Contreras es el “lobo” que la corrupción y el crimen organizado
nos ha impuesto para cuidar las “ovejas” que se alimentan del forraje que les
proporciona la hacienda pública.
Bien lo dice el dicho popular
que cuando las “comadres” se enojan se gritan las verdades − inmediatamente
− los 12 diputados de GANA respondieron y develaron sus “omisiones
involuntarias” sobre los espantosos y públicamente conocidos actos de
corrupción que ocurrieron durante las administraciones de Alfredo Cristiani,
Armando Calderón Sol y Francisco Flores. Ante esta situación de contradicción y
lucha hegemónica por el control de dicho partido fascista, Alfredo Cristiani y
sus monigotes del COENA, tomaron la firme decisión de aprovechar el viaje a
Costa Rica de Antonio Saca para declararlo como un “hijo espurio” de la derecha
salvadoreña y expulsarlo de la membresía del narcopartido ARENA.
Y, como era de esperarse, Alfredo
Cristiani que eufemísticamente es apodado como “El Presidente de la Paz ”, esquizofrénicamente
vocifera: “Nacimos durante la guerra y siempre estaremos listos para la
guerra”. Lógicamente, ante esta amenaza pública anunciada por Cristiani, el diputado
derechista Guillermo Gallegos expresó sus temores y afirmó que dentro de ARENA
existen grupos de “sicarios” (Escuadrones de la Muerte ) que ya están
planificando la eliminación política y asesinato de los principales dirigentes
de la disidencia arenera. Estas acusaciones expresadas públicamente por el
diputado Gallegos son muy graves y vienen a comprobar los temores de la Comisión de la Verdad sobre la posible reactivación de los
Escuadrones de la Muerte.
Los temores a las amenazas de
Cristiani por parte de la disidencia arenera encuentran un fundamento lógico en
algunos ejemplos del pasado reciente. Cuando el conocido propagandista de la
derecha Kirio Waldo Salgado se atrevió a llevar más de 100 casos de corrupción
de la administración de Alfredo Cristiani a la Fiscalía durante la
presidencia de Armando Calderón Sol, por órdenes de Mauricio Sandoval que
fungía como director del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE), su casa
fue ametrallada por los Escuadrones de la Muerte para tratar de intimidarlo y que
desistiera de continuar con las denuncias que ponían en “jaque” la
“honorabilidad” del oligarca y capo Alfredo Cristiani.
También, Rendón, otro dirigente
arenero, acusó públicamente a Cristiani y Calderón Sol de ser los artífices
intelectuales directos del controversial asesinato de Adolfo “el chele” Torres.
Evidentemente, la crisis por el
control y hegemonía de los grupos económicos que definen el “perfil” de ARENA,
puede generar a corto plazo situaciones impredecibles que llevarían a las
agrupaciones derechistas a una confrontación de anarquía, peligrosidad y de un
escalonamiento en los ajustes de cuentas. Para nadie es un secreto de cómo es
la manera que se “resuelven” los problemas dentro de los carteles; y para los
salvadoreños no deberá existir duda alguna que dentro de dicho partido existen
sicarios, escuadroneros, narcotraficantes y lavadores.
Ante esta realidad y escenario de
crisis que ocurre dentro de las oscuras fuerzas de la derecha salvadoreña, al
gobierno de Mauricio Funes y del FMLN no le quedan más opciones que
posicionarse y controlar firmemente el aparato de Estado y aplicar con definición
las herramientas que le faculta el ejercicio del poder formal.
El nuevo gobierno deberá ser
congruente con la realidad nacional, no deberá permitir que los intereses
personales de grupos hegemónicos tiendan a prevalecer, ni tampoco permitir que las
disputas ambiciosas por ocupar cargos de buenos salarios dentro del gobierno se
vuelvan una constante para privilegiados. Sin embargo, el ejecutivo tiene que
demostrar fortaleza para renovar meritoriamente la plana burocrática en los
puestos de confianza política, sin “imitar” los resabios burocráticos y
prácticas corruptas heredadas por la partidocracia del pasado arenero. De
igual manera, los partidos progresistas y los de la izquierda prevaleciente,
deberán de estudiar a profundidad la actual crisis arenera, aprender de sus
errores y nunca confundir los intereses de la nación con los intereses
personales o de los grupos hegemónicos.
El próximo año es el espacio para
las definiciones relacionadas con el rumbo real del Gobierno del Cambio y, al
menos, las tendencias de las soluciones tienen que aflorar y desdibujarse asociadamente
al “horizonte del cambio prometido”. Evidentemente, el problema de la violencia
y crimen organizado es la variable que más relevancia ha tenido desde la toma
de posesión del nuevo gobierno. Las estadísticas de las muertes diarias han
sido utilizadas por los promotores de la “industria de la inseguridad” para
desestabilizar al nuevo gobierno.
El gobierno ha sido obligado a
implementar planes de “emergencia” para tratar de satisfacer la “demanda
insatisfecha” de la población en cuanto a la seguridad pública. La salida a las
calles de la FAES
es un factor mediático que no resolverá de manera sui generis el problema de la inseguridad; sin embargo, es una
oportunidad para aprovechar el aspecto cuantitativo de la presencia en las
calles de la FAES
para acelerar la depuración interna de la PNC y debilitar las estructuras que fortalecen la
impunidad y al crimen organizado.
Una problemática que necesita ser
evaluada son los programas de seguridad para asegurar o enfrentar el fenómeno
de las “maras”, ya que estos programas han demostrado ser parcialmente
inoperantes ya que dentro de sus estrategias de combate sólo contemplan los
aspectos represivos, pero, de ninguna manera incluyen las estrategias
psicológicas tendientes a lograr un “debilitamiento” de la “ideología” que
alimenta la convicción “gregaria” de los grupos y comunidades de las “maras”.
La base social de las pandillas
son sus propios núcleos familiares y deberán definirse metodologías para
debilitar tales “lazos” de complicidad familiar.
¿Cuál es el papel político de la izquierda revolucionaria?
Básicamente, la izquierda
revolucionaria sin perder su visión de largo plazo, necesariamente deberá de “insertarse”
tácticamente dentro del movimiento social y estratégicamente construir
poder por medio de la organización cualitativa y cuantitativa de las
masas, sustentada en la ideología del proletariado y dentro de un esfuerzo
sistematizado para tratar de consolidar a mediano plazo la vanguardia de clase
que se requiere para la conducción de las masas en las luchas definitivas.
Ideológicamente, se deberá estar claro del rumbo del país que se quiere
construir y de la correcta aplicación de las tesis dialécticas de las alianzas.
Es más viable ser escuchado desde “adentro” que intentar vanamente de incidir
críticamente desde “afuera”.
Cualquier tipo de alianza que se
implemente con las fuerzas progresistas y sistémicas, son eminentemente de
carácter político y no se les podrá considerar como alianzas ideológicas, son
únicamente de carácter táctico que nos servirán para impulsar las acciones
estratégicas que nos aproximen al horizonte generacionalmente deseado.
¡SIN PERDON Y SIN OLVIDO DE NUESTROS
MARTIRES REVOLUCIONARIOS!
¡VIVA EL HEROICO PUEBLO SALVADOREÑO!
¡POR LA CONSTRUCCIÓN DE
UNA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA UNIDA EN LOS PRINCIPIOS Y EN LAS ACCIONES!
¡VIVA EL MOVIMIENTO DE VETERANOS DEL
END!
END
(FPL-“Farabundo Martí”; FPL-GPP/ FCER;
ERP; FARN; PRTC y FAL)
El Salvador, 16 de diciembre de 2009
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