AGENTES DEL CAM DE COMUNA CAPITALINA VICTIMA DE UNA CASERIA BRUJAS.

La Sra. Ana Mercedes Larrave de Ayala, Subdirectora del CAM y que solo llega dos veces por semana a laborar y que hasta se apropio de un vehículo para uso del CAM, ha iniciado una campaña de persecución hacia los agentes.

Esta es la información:

2. El día 3 de noviembre la subdirectora Larrave sacó ilegalmente de la institución, los expedientes del personal administrativo y de las jefaturas. Creo que el propósito es estudiar los despidos.

2. El día 5 de noviembre la Larrave convocó al Jefe del Departamento de Formación Profesional en funciones, para decirle que 4 instructores, docentes de la Escuela de Agentes utilizaban sus puestos para adoctrinar políticamente a los alumnos.

3. El 16 de noviembre nuevamente la Larrave abordó a la misma persona y le volvió a decir que los instructores seguían adoctrinando a los alumnos y que además los estaban desesperando con chicharrones durante el desarrollo físico para que se desertaran.

4. El 17 de noviembre la Larrave en forma prepotente e irrespetuosa, con apoyo y complicidad del Subinspector Neftalí Rivas Pérez, secuestró el equipo de informática del Departamento de Formación Profesional, acusando al personal, de que ahí se elaboraban los planes y propaganda del FMLN.

Por boca del Inspector Concepción Ramírez Artiga dijo que las computadoras fueron llevadas directamente al COENA, donde las están revisando un técnico y dos abogados.

Ante esta situación, el día viernes 20 de noviembre los agentes ofendidos fueron a ponerle una demanda a la Sra. Larrave en la FGR.
5. Por otro lado la Larrave o la Rabia como le dicen los agentes, está promoviendo y exigiendo al Concejo y Funcionarios de la Alcaldía un despido masivo del personal administrativo y operativo del CAM, por esta razón ha tenido choques con el Director del CAM quien ha logrado parar hasta hoy cualquier despido. Al no poder concretar los despidos, la Larrave quiere imponer a toda costa, turnos de 12 horas al personal operativo, argumentando que los operativos trabajan muy poco, llamando despreciativamente "niñas" y "piricuacos" a los agentes operativos.

Contrasta esto con la conducta de la Larrave que solo llega a trabajar uno o dos días a la semana y cuando llega solo llega cuatro horas o menos y a conspirar contra el personal y el Director.