martes, 11 de agosto de 2009
100 días con nuevo alcalde, la ciudad continúa sucia
José Acosta
CESTA Amigos de la Tierra
El término demagogia se define como la actitud política oportunista de aquel que ofrece soluciones utópicas, irreales y engañosas al pueblo, para conseguir un beneficio electoral. Al evaluar los primeros 100 días de la gestión municipal del Alcalde Norman Quijano, a la luz de sus propuestas electorales, todo parece indicar que fueron propuestas demagógicas, al menos hasta el día de hoy no ha tomado ninguna decisión o acción trascendental orientada a cumplir los compromisos asumidos con la población capitalina.
En lo referido a la gestión de los desechos sólidos, las cosas siguen igual o peor, el centro de la ciudad continúa desordenado, sucio y mal oliente, con frecuencia se observan promontorios de basura en calles, pasajes y predios baldíos; es indiscutible que en tres meses no se va a resolver un problema tan complejo como lo es la generación y mala disposición de los desechos, pero a estas alturas ya deberían implementarse las primeras acciones del programa “Cero Basura” que mencionó en su campaña electoral.
Si los tres festivales de limpieza que ha realizado la alcaldía de San Salvador son parte de dicho programa, entonces, señor Alcalde permítame decirle que usted está muy lejos de la realidad y más lejano aún de comprender la dimensión del problema. Abordar con seriedad el tema de la basura requiere de una fuerte inversión, sobre todo, en procesos educativos tendientes a modificar hábitos, comportamientos y costumbres de la población; de lo contrario no sirve de nada recoger la basura de una comunidad, unos días después estará igual de sucia.
Además, de un fuerte componente educativo, un programa que evite la generación de basura debería establecer un marco legal que prohíba la producción de artículos que prácticamente nacen convertidos en basura, como los platos y vasos descartables o como la comida chatarra que vende la empresa de un conocido fundador de ARENA, que aparte de incrementar la basura de la ciudad afecta la salud, principalmente de niños y niñas.
Otro de los aspectos sobre los que no se ha conocido ninguna acción, es la disposición final de la basura, la que se logra recolectar se continúa llevando al “relleno sanitario” de MIDES, un proyecto altamente cuestionado por los cobros excesivos y por la contaminación al medio ambiente, por cierto, uno de los críticos más duros ha sido el señor Norman Quijano, pero una vez electo Alcalde, parece que se le olvidó todo lo malo de este enorme botadero; ahora tiene la potestad de renegociar el contrato o incluso de promover la estatización de este proyecto, ¿Por qué no lo hace?
Cualquier decisión importante sobre la gestión de los desechos sólidos, debe tomarse con sentido de urgencia, tres años resultan muy breves para abordar problemas que requieren procesos sociales de largo plazo, ya ha trascurrido el 10% de una nueva gestión municipal y los habitantes de la ciudad de San Salvador no hemos visto indicios serios de que se vaya a abordar la gestión de los desechos sólidos con una visión diferente, lo único nuevo han sido los “festivales de limpieza” que más bien parecen una extensión de la campaña electoral.
Por mucho que El Diario de Hoy y otros medios de comunicación serviles a la derecha se esfuercen por elevar el perfil del señor Alcalde, sí las promesas hechas en la campaña no se materializan en resultados concretos, la población se lo cobrará en las próximas elecciones y hasta ahora lo concreto es que el centro de San Salvador, continúa desordenado, sucio e inseguro, en espera de que el Alcalde venga a su rescate, ojalá aquella promesa de “Orden, limpieza y seguridad” no haya sido solo una frase demagógica, aunque de un político como Norman Quijano, se puede esperar cualquier cosa.
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