La medida presentada ante los tribunales de justicia en esta capital fue dada a conocer por el fiscal general Luis Alberto Rubí, quien explicó que uno de los cargos es "abuso de autoridad", aunado a que la Constitución prohíbe la extradición de los ciudadanos hondureños.
Según los informes, la expulsión de Zelaya a Costa Rica no estaba contemplada en la orden de arresto del mandatario por "abuso de autoridad y traición a la patria", por querer convocar a una asamblea constituyente que buscaría derogar la Constitución hondureña e impulsar su reelección.
La querella contra la cúpula militar podría definirse la próxima semana, luego de que los tribunales fallen sobre si procede o no la captura de los militares, quienes se unieron a los sectores empresariales y políticos dominantes de derecha para dar el golpe e instalar en la presidencia a Roberto Micheletti con el apoyo de los poderes Legislativo y Judicial.
Micheletti se reunió con Craig Kelly, subsecretario estadunidense de Estado adjunto para asuntos de América Latina, para hacer "avanzar" el acuerdo Tegucigalpa-San José y buscar una fórmula que permita superar la crisis, según informaron las autoridades hondureñas.
El canciller hondureño, Carlos López Contreras, que participó en el encuentro, destacó que la reunión fue cordial, pero aclaró que no se abordó la renuncia de Micheletti como presidente de facto de Honduras para antes del 27 de enero, fecha en la que asumirá el poder Porfirio Lobo Sosa, ganador de las elecciones presidenciales del pasado 29 de noviembre.
Pero el gobernante de facto, quien dijo temer que el presidente venezolano, Hugo Chávez, lo mande matar, se quejó de la forma en que Estados Unidos pretende intervenir en los asuntos hondureños, e insistió en que se mantendrá en el poder hasta el 27 de enero, al afirmar que el Congreso lo eligió tras el golpe para terminar el periodo de seis meses restante y entregar el mando a Lobo.
"Estados Unidos desea que me retire el 15 de enero con la promesa de otorgar muchos millones de dólares de ayuda a Honduras. Sin embargo, Washington debe respetar la decisión soberana de nuestro pueblo", afirmó Micheletti. Dijo estar "sorprendido de ver cómo los gringos quieren legislar en Honduras".
Craig también sostuvo reuniones con Lobo y con Zelaya, tratando de encontrar una salida a la crisis que permita el reconocimiento internacional del mandatario electo. Zelaya reiteró que es indispensable la renuncia de Micheletti para superar la crisis, pues su régimen nunca ha sido reconocido por Estados Unidos ni por el grueso de los países latinoamericanos.
En el mismo tenor se manifestó el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, al abogar por la salida del gobernante de facto antes de la transmisión de mando el 27 de enero.
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